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domingo, 1 de agosto de 2010

"Toy Story 3" Pixar vueve a hacerlo

Han pasado quince años desde que Pixar naciera en las conciencias de todos los espectadores del mundo como la única salvación de Disney, y lo hizo con una película llamada Toy Story, en la que mostraban que los juguetes no son objetos sino que están vivos y además tenían sentimientos. Un equipo de genios encabezados por John Lasseter nos hacían cómplices de sus aventuras. Pixar arranacaba las sonrisas de niños y mayores entendiendo el cine de animación como un arte universal para entretener y emocionar. Hoy Pixar cierra la epopeya de estos juguetes con una obra maestra superior a sus predecesoras que nos obliga a pensar que no solo Disney necesita a Pixar sino que el cine necesita esta fábrica de sueños que ha encadenado en tres años consecutivos tres obras cumbres del cine moderno: Wall-e, Up y Toy Story 3.

Toy Story 3 comienza con un prólogo magistral que prepara al espectador para vivir todas las emociones posibles que los amantes del buen cine necesitamos. Y cuando digo nos prepara me refiero a que con una elipsis (que no revelaré) nos pone los pelos de punta.

Andy se hace mayor y se va a la universidad, sus juguetes, Woody, Buzz y compañía, ya nos son tan importantes para su dueño y deciden emprender su propio camino. Acaban en una guardería, donde comenzará una odisea comparable a la que Steve McQueen sufre en la "Gran Evasión".

La película es trepidante, divertidísima, y además toca la fibra sensible de los mayores. Más, mucho más que la de los pequeños. Es una obra redonda porque lo tiene todo: tiene rirtmo, tiene madurez, tiene personajes complejos y profundos (pensad en un Ken asexuado, adicto a la moda), tiene diálogos inteligentes, gags memorables (a elegir el que más te guste) y sobre todo contiene 10 minutos finales en los que la lágrima asoma irremediablemente en la cara de los espectadores.

Es una obra maestra, un clásico instantaneo y aún así prefiero Wall-e, esto sencillamente demuestra que nos encontramos a la mina de oro del buen cine contemporáneo. Cuando pase el tiempo recordaremos el principio de siglo como el momento en el que Pixar, la cadena HBO y nombres propios como Eastwood o Nolan ofrecieron el mejor cine de la época y uno de los mejores de la historia.

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