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domingo, 25 de julio de 2010

“Donde viven los monstruos” un lugar sin encanto

Spike Jonze es el encargado de trasladar la historia del libro homónimo de Maurice Sendak a la pantalla y la gran responsabilidad que el director americano arrastra a sus espaldas es bastante pesada, puesto que estamos hablando de la obra gemela americana de “El Principito.

Sin embargo a pesar de esta carga Spike Jonze goza de gran libertad puesto que es la primera película que dirige y cuyo guión, en este caso adaptado, es también suyo y no de un peso pesado como Kaufman, autor de los guiones de sus anteriores películas Adaptation y “Cómo ser John Malkovich.

Con "Donde viven los monstruos" Spike Jonze ha plasmado su particular visión de reputado director Indie en todas las escenas. Y se nota, y quizá estas imágenes con olor a videoclip acompañadas por las tremendas canciones de Karen O. sean el punto fuerte de la película. La maravillosa luz de ese bosque de peludos habitantes impregna el metraje de una sensación nostálgica que ayuda a que el espectador regrese a otra edad en la que la inconsciencia de nuestra inmadurez nos obligaba a ser egoístas y engreídos, pero donde siempre había un momento para mostrar que a pesar de todo amábamos a los nuestros.

Pero esa sensación aparece una o dos veces y no precisamente gracias a lo que Jonze pretende contarnos. Porque el niño protagonista que nos hace cómplices de su viaje es tan irritante y borde que no veo la forma de identificarme con él. Lo mismo me pasa con los monstruos, los cuales me parecen en su mayoría sosos, cursis y nada encantadores, excepto Carol, este si me atrapa en su mundo de rencor y soledad, supongo que la voz de Gandolfini ayuda a que me produzca empatía.

Es posible que Spike Jonze haya visto otras películas en las que el protagonista, que suele ser niño o adolescente, emprende un viaje hacia la búsqueda de sí mismo atravesando mundos fantásticos y tenebrosos. Jonze lo ha intentado pero no ha estado a la altura de obras cumbres en este subgénero como “Dentro del laberinto" , con un David Bowie en estado de gracia, o “El viaje de Chihiro, una de las tantas obras maestras de Miyazaki.

lunes, 5 de julio de 2010

"To be or not to be" la mejor sátira sobre nazis

Billy Wilder decía que Lubitsch transmitía más con una puerta cerrada que cualquier productor de Hollywood con una bragueta abierta, lo que dice mucho más sobre el lenguaje del genio alemán que cualquier crítico de cine en cientos de lineas.


"To be or not to be" es una de sus obras maestras. En la Segunda Guerra Mundial una compañía de teatro se ve envuelta en una misión suicida para proteger a la resistencia Polaca contra la Gestapo. El líder de la compañía y que carga con el peso de la misión es un actor polaco llamado Joseph Tura, especialista en interpretar a Shakespeare.
Este se hará pasar por varios capitanes y espías nazis dando lugar a alocadas situaciones que han hecho de esta película la mejor comedia sobre nazis de la historia.

No me olvido de "El gran dictador" que es también una gran película, sin embargo no llega a tener la complejidad y sutileza de la obra de Lubitsch.

El toque lubitsch


El toque Lubitsch son las puertas que se abren y se cierran, las escenas que dicen más por lo que esconden que por lo que muestran, los gags que superan a los gags anteriores, la magia de contar con imágenes esquivando palabras...

Un buen ejemplo de la sutileza y la clase de este director alemán lo podemos encontrar en el comienzo de "to be or not to be":



Sólo Billy Wilder, el discípulo aventajado de Lubitsch, ha sabido contar las cosas con tanto sentido del humor y tanta mala leche. Lubitsch hace uso de sus incuestionables aptitudes para la comedia sofisticada en esta maravillosa escena.

Los primeros planos comienzan mostrando diversos carteles de negocios polacos, con un tono irónico del narrador Lubitsch nos transmite la comicidad que para él tiene el idioma polaco. Un buen detalle de maestría son las caras de los ciudadanos que se quedan atónitos al ver a Hitler, sus rostros deberían ser de terror, algo así como los primeros planos del Acorazado Potemkin, y sin embargo aquí sus
expresiones están caricaturizadas. Por último aparece Hitler que se asoma a una tienda de dulces con una multitud curiosa a su alrededor, entonces la voz en off nos regala una frase inteligente, cruel y tremendamente graciosa:

"¿Estará interesado por los majares del señor Marlowski?
Eso es imposible, él es vegetariano.
Sin embargo no siempre se atiene a su dieta.
A veces se traga países enteros."



Joseph Tura ese gran actor Polaco


Joseph Tura, el personaje principal de la película, está interpretado por Jack Benny que se encuentra en estado de gracia. Muy cómico durante todo el metraje ofrece escenas que han quedado para la historia, como la que da nombre a la película en la que mientras interpreta el archifamoso monólogo de Hamlet “ser o no ser” un espectador de la tercera fila se marcha, Joseph Tura le sigue con la mirada mientras recita el monólogo, en su cara se refleja cabreo, soberbia y curiosidad. Una gran escena compuesta sin más adornos que un gag bien construido y un actor que lo interpreta a la perfección.



Del lado femenino de la película se encarga al guapa Carole Lombard que interpreta a Maria Tura, la mujer de Joseph Tura, por su culpa la compañía se ve envuelta en situaciones tan peligrosas como surrealistas. El romanticismo y erotismo que desprende esta actriz sin absolutamente enseñar nada nos demuestra como Lubitsch podía conseguir tanto con tan poco. El peso de la película lo lleva este personaje construido para ridiculizar no solo a los nazis si no a ese gran actor Polaco llamado Joseph Tura que según un oficial de la Gestapo, ha hecho con Shakespeare lo mismo que los nazis hicieron con Polonia.



¿Por qué se considera “to be or not to be” una obra maestra?


Pues porque nadie jamás será capaz de hacer una sátira tan perfecta sobre los nazis. Porque el argumento, los diálogos, los actores, la música, y la dirección son insuperables. Por que además de ser una obra de reclinatorio es entretenida. Y porque películas de grandes directores como “La niña de mis ojos” de Trueba y “Malditos Bastardos” de Tarantino la han intentado emular sin éxito.